En la constante búsqueda por alcanzar mayores ventajas, las empresas están siendo presionadas por sus clientes con requerimientos cada vez más estrictos en cuanto al desarrollo e innovación de nuevos productos o servicios, así como mayor variedad de estos, en cuanto a la calidad y la confiabilidad sin alterar los costos.
Esta situación ha derivado en que las empresas busquen nuevas alternativas para garantizar cumplir con los requerimientos de sus clientes.
Una alternativa es la aplicación de la metodología Lean Six Sigma, que consiste en la integración de dos metodologías de Mejora Continua, Lean y Six Sigma. Esta herramientas es un elemento sencillo que permite simplificar labores complejas como la identificación de errores en la calidad del servicio o producto.
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