Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) son un conjunto de principios, normas y procedimientos aplicados en la agricultura con el fin de asegurar que los productos agrícolas sean producidos de manera segura, sostenible y eficiente. Las BPA buscan optimizar el uso de los recursos naturales, mejorar la calidad de los alimentos y proteger la salud ambiental y de los trabajadores.

Estas prácticas incluyen, entre otras, la conservación del suelo mediante técnicas como la rotación de cultivos y el uso de cultivos de cobertura, la gestión eficiente del agua mediante sistemas de riego adecuados, y el manejo integrado de plagas, que reduce el uso de pesticidas. Además, las BPA promueven el uso responsable de fertilizantes y la minimización del impacto ambiental de la actividad agrícola.

Según la FAO, implementar buenas prácticas agrícolas no solo mejora la productividad, sino que también reduce los costos operativos, mejora la sostenibilidad del sistema agrícola y ayuda a enfrentar desafíos globales como el cambio climático y la escasez de recursos.