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Fomento de las Iniciativas en Materia de Inocuidad de los Alimentos, un Tema dejado de Lado

Iniciativas en Inocuidad Alimentaria

Las enfermedades de transmisión alimentaria y demás amenazas para la inocuidad de los alimentos constituyen un problema de salud pública cada vez más importante. La OMS calcula que las enfermedades diarreicas transmitidas por los alimentos o el agua causan en conjunto la muerte de unos 2,2 millones de personas al año, de las cuales 1,9 millones son niños. Numerosas enfermedades transmisibles, incluidas las zoonosis emergentes, se transmiten por vía alimentaria, y muchas otras, como el cáncer, están relacionadas con productos químicos y toxinas presentes en la cadena alimentaria. Esta carga se verá agravada por los efectos del cambio climático, que probablemente acrecentará la incidencia de enfermedades de transmisión alimentaria, porque al aumentar la temperatura de los alimentos y el agua los microorganismos se reproducen en ellos con más rapidez, lo que puede provocar una mayor presencia de toxinas o patógenos en los alimentos. Los datos más actualizados indican que ello podría ocurrir sobre todo en el caso de las zoonosis emergentes de reciente aparición, cuya incidencia ha ido aumentando gradualmente en las últimas seis décadas, aunque se ignora la magnitud exacta de la carga de morbilidad asociada al consumo de alimentos insalubres y de los costos que de ahí se derivan. 

Para orientar la gestión de la inocuidad de los alimentos a escala nacional hacen falta estimaciones fiables. Los gobiernos deben contar con áreas especializadas en estimar la carga de enfermedades de transmisión alimentaria debidas a los principales agentes causales (microbiológicos, parasitarios y químicos). 

Se debe reconocer que la Comisión del Codex Alimentarius ofrece a todos los países una oportunidad única para unirse a la comunidad internacional en la formulación y armonización de normas alimentarias y garantizar su aplicación mundial, y que se debería alentar en particular la participación de los países en desarrollo a ese respecto. 

Debe existir una constante colaboración entre el sector sanitario y otros sectores, y un aumento de las acciones en materia de inocuidad de los alimentos a nivel nacional a lo largo de toda la cadena de producción de alimentos, con el fin de reducir de forma significativa la incidencia de las enfermedades de transmisión alimentaria. 

Observando la necesidad constante de normas y acuerdos actualizados e integrales acordados internacionalmente para la evaluación de los riesgos y el asesoramiento científico que respalden las medidas e intervenciones destinadas a mejorar la inocuidad y la calidad nutricional de los alimentos; se deben plantear líneas de acción: 

· Reconociendo la importancia de los acuerdos internacionales sobre la gestión nacional de la inocuidad de los alimentos, la aplicación de principios científicos en la búsqueda de soluciones y el intercambio eficiente de datos de vigilancia y monitorización, así como de experiencias prácticas. 

· Estableciendo o mejorando la base de datos probatorios sobre la inocuidad de los alimentos a través de medidas sistemáticas de estimación y vigilancia de la carga de morbilidad, así como de evaluaciones completas de los riesgos y de las relaciones riesgos-beneficios, y a que presten apoyo a las actividades nacionales en estas esferas.

· Desarrollando medidas preventivas sostenibles, incluidos los programas educativos sobre la inocuidad de los alimentos, destinadas a reducir la carga de enfermedades transmitidas por los alimentos mediante un enfoque sistémico que abarque la totalidad de la cadena de producción de alimentos, desde el productor hasta el consumidor. 

· Fomentando el diálogo y la colaboración entre las disciplinas médicas, veterinarias y alimentarias, centrándose en un esfuerzo integrado de reducción del riesgo de origen alimentario a lo largo de toda la cadena de producción de alimentos, teniendo en cuenta también los riesgos zoonóticos. 

En base a lo expuesto, se reconocen como oportunidades de gestión, lo siguiente:

1. Dado que los problemas ligados a la inocuidad de los alimentos revisten dimensión nacional e internacional, las soluciones deben plantearse también a esa escala. Es menester que participen todos los sectores interesados, pues los riesgos pueden residir en cualquier eslabón de la cadena de producción alimentaria, desde el medio ambiente hasta los piensos para animales, pasando por las explotaciones agrícolas, la producción, la venta al por menor, los métodos de preparación o incluso la cocina del consumidor. Para garantizar la inocuidad de los alimentos es indispensable que exista una colaboración multisectorial eficaz entre todos los interlocutores pertinentes a escala internacional y nacional, y que la cuestión de la inocuidad sea tenida en cuenta sistemáticamente en los sistemas de producción alimentaria. 

2. El consenso internacional en torno a la gestión mundial de la inocuidad de los alimentos, que reposa en principios científicos generales, en la colaboración intersectorial y en la adopción de medidas a escala internacional y nacional, ofrece un gran número de nuevas soluciones basadas en un intercambio eficaz de datos, en sólidos criterios científicos y en la experiencia práctica. Los nuevos planteamientos integrados permiten relacionar entre sí sistemas de seguimiento y vigilancia de la salud humana y animal y de contaminación de los alimentos, y además brindan la oportunidad de prevenir o detectar con rapidez las enfermedades humanas. La aplicación de nuevos sistemas y opciones de gestión para atenuar los actuales riesgos ligados a los alimentos podría reducir sensiblemente la incidencia de enfermedades de transmisión alimentaria a medio y largo plazo. 

 

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